El origen de
la ilustración no puede definirse con exactitud. Su nacimiento se encuentra
estrechamente ligado al surgimiento de la escritura, y se pueden
considerar los jeroglíficos como la primera forma de
manifestación de estos.
En la
antigüedad los libros eran ilustrados a mano. En el antiguo
Egipto se acostumbraba a acompañar con imágenes la descripción
de escenas. Otros ejemplos fueron la Ilíada y la Odisea, cuyos episodios
también se acompañaban de ilustraciones. También fue evidente su utilización en
la Edad Media,
y con el surgimiento de la imprenta, se crearon impresiones de imágenes para
continuar ilustrando los textos, entre estos están los cuentos Del Decamerón y las fábulas
de La Fontaine.
La ilustración
se fue desarrollando con el avance de la tecnología. La fotografía supuso
un gran avance en este sentido, y con la era digital se ha consolidado.
En Francia alcanzó
gran auge la prensa ilustrada, de la misma manera surgieron varias revistas
ilustradas también en España.
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